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La impotencia militar del presidente vitalicio

Ahora Chávez tiene Kalashnikov rusos, aviones Sukhoi-30, helicópteros MI-17 y radares tridimensionales de largo alcance. ¿Todo eso para qué? ¿Para enfrentarse a Estados Unidos?

Chávez acaba de comprar cinco mil rifles de francotiradores a la empresa rusa Roxoboronexport. "Son para ustedes, si se meten para acá" Es lo que le ha dicho el Comandante a los norteamericanos sobre el destino de sus nuevas adquisiciones. Sueña con una guerra asimétrica o guerra de guerrillas como respuesta a la guerra preventiva de Estados Unidos. Una majadería que le sirve para rellenar espacio en su Aló Presidente.

El incremento de las compras militares de Venezuela de los últimos años ha ido en principio destinado a renovar el obsoleto armamento de la Fuerza Armada Nacional (FAN): los vehículos de transporte no habían recibido el mantenimiento adecuado, los F-16 norteamericanos estaban inservibles y sin repuestos por llevarse mal con Estados Unidos, y los fusiles FAL belgas estaban obsoletos. Ahora Chávez tiene Kalashnikov rusos, aviones Sukhoi-30, helicópteros MI-17 y radares tridimensionales de largo alcance. ¿Todo eso para qué? ¿Para enfrentarse a Estados Unidos?

Chávez lo que busca es proyectar la imagen de una potencia militar emergente, aunque esté a años luz de conseguirlo. Incluso la exageración de hablar de la carrera armamentística de Chávez le favorece para transmitir una imagen de poder nacional y regional. Por eso lo mejor es decirle al Comandante que más quisiera él ser una potencia militar, que se deje de fanfarronadas. Que tampoco alardee de sus amigos los iraníes, con los que ha firmado casi un centenar de acuerdos que en su mayoría no se han cumplido, y que de cooperación militar por ahora nada de nada. Y que tampoco amenace a EEUU con desviar la exportación de crudo hacia otros países porque sólo él, y no China, tiene la capacidad de refinar el petróleo pesado y rico en sulfuro como es el venezolano. La realidad es que, pese a disponer de grandes recursos provenientes de la renta petrolera, la capacidad de Venezuela es limitada.

Entonces ¿que nos debe de preocupar de este mentiroso y fanfarrón dictadorzuelo? Habría que inquietarse, por ejemplo, por la transferencia de armas de Venezuela a las dos principales organizaciones guerrilleras de Colombia, las FARC y el ELN. Pero sin duda la principal preocupación, así como los verdaderos perdedores en esta guerra de Chávez, son los propios venezolanos, rodeados de pobreza, corrupción, criminalidad y  falta de libertad de expresión.

Deseemos que la soberbia del caudillo le pase factura, porque esta vez se ha pasado de la raya. Ahora quiere asegurarse el poder absoluto. La Asamblea venezolana acaba de aprobar la reforma de la Carta Magna que incluye la reelección indefinida del presidente de la República, la eliminación de la autonomía del Banco Central y la creación de una milicia popular. Que alguien le pare los pies.

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